Proyecto Portero: nueva estrategia binacional para desmantelar redes de narcotráfico

La Administración de Control de Drogas (DEA) anunció una nueva estrategia para reforzar la colaboración entre Estados Unidos y México en la lucha contra los cárteles, responsables de inundar comunidades estadounidenses con drogas sintéticas letales como el fentanilo.

El eje de esta ofensiva es el Proyecto Portero, la operación insignia de la agencia que busca desmantelar a los llamados guardianes de los cárteles: operadores que controlan los corredores de contrabando a lo largo de la frontera suroeste. Estos actores son considerados piezas clave para dirigir el flujo de fentanilo, metanfetaminas y cocaína hacia Estados Unidos, además de coordinar el tráfico de armas y dinero en efectivo hacia México.

Como parte de la estrategia, la DEA puso en marcha un programa de capacitación intensiva en uno de sus centros de inteligencia fronterizos. Durante varias semanas, investigadores mexicanos trabajarán junto a policías estadounidenses, fiscales, funcionarios de defensa y miembros de la comunidad de inteligencia. El objetivo es identificar blancos comunes, diseñar operativos coordinados y reforzar el intercambio de información.

El Proyecto Portero también opera bajo la coordinación del Grupo de Trabajo de Seguridad Nacional (HSTF, por sus siglas en inglés), que integra agencias de seguridad, inteligencia y defensa para garantizar un enfoque integral contra las redes criminales.

“La DEA está tomando medidas decisivas contra los cárteles que están matando a estadounidenses con fentanilo y otros venenos”, afirmó el administrador de la DEA, Terrance Cole. “El Proyecto Portero y este programa de capacitación muestran cómo lucharemos, planificando y operando codo a codo con nuestros socios mexicanos y utilizando toda la fuerza del gobierno estadounidense”.

La iniciativa responde a las prioridades del administrador Cole: reorientar a la DEA hacia el combate directo a los cárteles, considerados organizaciones terroristas, y reforzar la cooperación internacional. Si bien el fentanilo es la amenaza más apremiante, el plan también contempla atacar otras operaciones ilícitas, como el tráfico de armas y la financiación criminal, que cruzan la frontera y ponen en riesgo a comunidades en ambos países.